Patricia Becerra
El aborto es un acto que no se justifica, pues los daños dejan heridas muy profundas, la más profunda es la que vive la mujer después, pues pasa a experimentar un cuadro depresivo mejor conocido como el "síndrome post aborto".
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El aborto además de ser un crimen contra un indefenso es también la "muerte en vida" de la madre.
El síndrome post aborto es un cuadro depresivo por el que la mujer pasa después de un aborto, si este síndrome (SPA) no es tratado, es decir, cuando el duelo no es vivido, se corre el riesgo de que la mujer caiga en un trastorno.
El drama es tan grande al deshacerse de la evidencia visible de la maternidad, que en el fondo la huella de dolor que queda es prácticamente imborrable.
Este padecimiento también puede llegar a vivirlo el papá del bebé o los familiares más cercanos. Es necesario tratarlo para poder encontrar el perdón y la paz. Mientras más número de abortos es mucho más grave el síndrome y mucho más difícil de superar.
La razón por la cual ocurre el SPA según la psicóloga clínica Martha Infanzón dedicada desde hace muchos años a ayudar a mujer con este síndrome es que el espíritu del ser humano que se encuentra en la conciencia como órgano de sentido, la sabiduría interior, la intuición y estos elementos le "gritan" a la mujer que ha abortado, que ese ser al que "mató" era su hijo. No necesita que nadie en particular se lo diga, su inconsciente espiritual habla y se manifiesta a través de diversos síntomas que conforman el SPA.
Las mujeres frente a la situación tan drástica que pasan al enterarse de un embarazo no deseado, toman una decisión que probablemente con la "cabeza fría" no hubieran tomado. Incluso ante un aborto natural o espontáneo se vive también este cuadro depresivo, ahora imaginemos el grado de culpabilidad para las que provocan un aborto.
Por definición ya de especialistas el SPA es: la incapacidad de resolver el temor, el coraje, la tristeza y la pena que se asocian con la pérdida de un hijo abortado.
Si estas pérdidas no se admiten, salen a la superficie en situaciones de igual complejidad. Para algunas, el impacto emocional se ha comparado al que se observara entre los veteranos de la guerra de Vietnam, y entre otras que vivieran situaciones extremadamente traumáticas. Esta reacción se conoce como el Síndrome de Estrés Pos-Traumático
Este síndrome de estrés pos traumático es considerado como una vivencia similar a la de un síndrome post aborto. Cuando la persona puede pasar esto en caso de haber experimentado, presenciado o le han platicado un acontecimiento traumático (muertes, asaltos, violaciones, desastres naturales) y ha responde con temor, desesperación u horrores intensos.
Algunos de los acontecimientos que originan este trastorno pudieran ser un combate en el frente de guerra, un ataque personal violento, secuestro, torturas, encarcelamiento, internamientos en campo de concentración, accidentes automovilísticos graves, desastres naturales, acontecimientos experimentados por los demás (actos terroristas, accidentes graves de un familiar o amigo, enfermedad grave de un familiar o amigo).
La reexperiementación es la parte difícil de este síndrome y lleva a tener recuerdos del acontecimiento recurrentes e intrusos que provocan malestar y en los que se incluyen imágenes, pensamientos o percepciones, sueños de carácter recurrente, y la sensación de reevivir el acontecimiento.
Martha Infanzón nos platica los resultados interesantes que se pueden observar a través de los dibujos que les pide que realicen a las mujeres que han tenido esta experiencia: "les pido dibujos en diferentes momentos de la terapia. Para mi lo más interesante es que son totalmente proyectivos, pueden abrir su interior, es una forma de "sacar", de "destapar" lo que traen en su interior. Hay algunas mujeres que no pueden expresar lo que sienten con palabras y entonces sus dibujos hablan por ellas o les dan el punto de partida para hablar".
Algunas características que platica la psicóloga como detalles importantes son: "los colores, a veces no hay colores, solamente utilizan lápiz y agregan el rojo, para dibujar sangre, heridas. Cuando usan colores, los más constantes son café (color de la tierra), el morado (color de la culpa, de la penitencia, entre otros significados), el rojo y el negro. Dibujando también con mucha frecuencia corazones rotos o partidos".
Cuando una persona se expone a estímulos desencadenantes que recuerdan o simbolizan un aspecto del acontecimiento traumático, suele experimentar malestar psicológico intenso o respuestas de tipo fisiológico.
Eventualmente debido a un cambio de vida puede ser un detonante para que se de cuenta que le falta energía para hacer frente al estrés actual y mantener los mecanismos de defensa que le ayudan a evitar el dolor de la experiencia.
DESPUÉS DE UN ABORTO PROVOCADO LA MUJER:
-Trata de justificar que la decisión de abortar no fue una equivocación buscando razones lógicas. Evitando aceptar tus sentimientos.
-Se guarda todos los sentimientos relacionados con el aborto. El problema es que ya tampoco se es capaz de experimentar otras emociones.
-A veces sienten la necesidad de compensar la equivocación o el error y sus consecuencias, haciendo voluntariado o trabajos socialmente aceptados o buenos, quizá hasta dedicarse a actividades contra el aborto.
-Actúan de forma contraria a sus sentimientos, quizá porque no los reconocen o porque creen que así desaparecerán.
-Pueden sentir deseos por volverse a embarazar, creyendo que de esa manera regresará su bebé, y que sentirán que no pasó nada.
Es una dificultad enorme por la que se pasa, si no se trata se puede caer en un trastorno emocional o efectivo como: la angustia, la ansiedad, depresión, dolor, inestabilidad, llanto frecuente, pena, sentimiento de fracaso, tristeza.
De igual manera se puede vivir un trastornos de comunicación como lo es: la agresividad, irritabilidad, incapacidad para mantener relaciones duraderas, poca tolerancia a la frustración, ruptura de la relación con el padre del bebé, rechazo a la figura masculina y hacia el compromiso.
No quedan a tras los transtornos de alimetación como la anorexia, bulimia o pérdida del apetito.
Desafortunadamente también se puede convertir en un trastorno neurovegetativo como: malestares abdominales, dolores de cabeza y mareos. Desarrollandose en la esfera social como pérdida o disminución de la energía sexual, frigidez y promiscuidad.
También se manifiesta con sueño, sueños recurrentes, pesadillas, insomnio, dormir demasiado, ideas recurrentes de muerte, autorreproches, sentimiento de culpa evitación de pensamientos o sentimientos en relación al aborto, revivir el trauma, evitar situaciones que recuerden el aborto, llanto frecuente, ideas o intentos suicidas.
Un estudio con 630 mujeres, según un estudio Neozelandés publicado en el "Journal of Child Psychology and Psychiatry" por el Dr. Fergusson dicta que cuando una mujer joven aborta, incrementa significativamente el riesgo de padecer problemas mentales.
Según algunos investigadores, el 42 por ciento de las mujeres que se habían sometido a un aborto antes de los 25 años experimentaron depresión en los cuatro años siguientes.
La mujer es la que más sufre, finalmente para todos lo que creen en el cielo, el bebé sale sano y salvo: "libre de todo pecado", ni oportunidad tuvo de equivocarse, en cambio la mamá es la que se queda con toda la culpa encima sumergiéndose en un cuadro del que sin ayuda es casi imposible salir.
Según una especialista en el tema, si una mujer no quiere recibir ayuda profesional la manera en que se le puede ayudar es diciéndole que no está sola, que hay esperanza, que analice su vida y vea que necesita ayuda para poder lograr la tranquilidad, que no se quede con ese dolor, con ese malestar que busca ayuda porque será difícil salir de la situación.
