domingo, 25 de diciembre de 2011

MENSAJE DE NAVIDAD


Santa Navidad y Fructífero Año Nuevo
ZENIT felicita a sus lectores, benefactores y donantes
 

Era el hijo de Dios y tenía el universo como hogar, pero decidió nacer en un pesebre.

 

Ser supremo y perfectísimo, decidió nacer pequeño y limitado en el vientre de María.

 

Los hombres se dirigían e invocaban a los dioses paganos, por eso cuando él reveló quién era y porqué fue enviado entre la gente, no le creyeron. No se había oído nunca de un Dios que fuese a buscar a los hombres, para recordarles que habían sido hechos por amor y para amar.

 

Podía acabar con sus enemigos, en cambio enseñaba a perdonar incluso a quienes querían matarle.

 

Era un Dios tan bueno, que no había afligido, pobre o enfermo al cual no se acercara. Para todos tenía palabras de amor y consuelo. Estaba tan enamorado de la humanidad que sufrió todos los dolores de la Pasión para lavar nuestros pecados.

 

De este modo, salvó incluso a aquellos que quisieron crucificarlo. Su Nacimiento y su Resurrección han revolucionado la historia y son la razón de nuestra infinita esperanza.

 

Y es este sentimiento de gratitud y de amor el que queremos difundir por el mundo.

 

Deseamos a ustedes y a sus familias, una Santa Navidad y un Año Nuevo colmado de gracias.

 

Cuenten por encima de todo, con nuestras oraciones.

 

El equipo y la redacción de ZENIT

 

 

miércoles, 21 de diciembre de 2011

HISTORIAS INÉDITAS


Antero Duks



En 1981 la reina Isabel de Inglaterra quedó maravillada con 17 piezas talladas en hueso hechas por un artesano de Nezahualcóyotl, desconocido entonces y poco conocido en la actualidad, su nombre era Roberto Ruiz.


Ese mismo año la reina posó para que el maestro Ruiz con el propósito de que éste le hiciera un camafeo con su imagen, la cual sería tallada en marfil, al terminar su majestad se maravilló aún más con el trabajo y decidió que ésta pieza sería embovedada por siempre junto con las joyas de la corona.


Pero Roberto Ruiz no sólo logró eso, sino que obtuvo que las 17 piezas talladas en hueso que llevó a Inglaterra para exponerse en el Museo Británico fueran colocadas, por órdenes de la reina, en una exposición permanente dentro del Palacio de Buckingham, en un salón que durante 28 años expuso su obra y se llamó como él.


Sus hijos Abraham y José Manuel Ruiz son los que cuentan esta historia, recientemente recibieron la noticia de que la exposición de su padre había sido retirada en 2008, casualmente el mismo año en que el maestro Roberto murió en su casa de Nezahualcóyotl.



Sin embargo no todo era malo, Cloe, mujer que forma parte del comitiva del Palacio de Buckinham, les dio también la buena nueva de que las figuras en hueso talladas por su padre con figuras de arcángeles, catrinas y árboles que representaban a México fueron resguardadas dentro de la bóveda de las joyas junto con el camafeo.


Roberto Ruiz es considerado uno de los más grandes talladores de hueso que haya existido en este país, su talento le valió mucho el reconocimiento de los especialistas e intelectuales, entre ellos Carlos Monsiváis, pero muy poco del resto de los mexicanos, así que el olvido de su obra parece ser el destino.


Al interior de su casa, ubicada en la colonia Las Palmas del municipio de Nezahualcóyotl, yace una fotografía del maestro en blanco y negro. En las paredes se acumulan los montones de diplomas, reconocimientos, entre ellos el Premio Nacional de Ciencias y Artes en 1988, entre algunas fotografías que muestran lo que fue y lo que se ha ido olvidando por todos los mexicanos.


José Manuel y Abraham, dos de ocho hermanos y los únicos que siguieron el oficio, cuentan la historia de su padre a detalle, describen su vida como si se tratara de las de ellos: que nació en Miahuatlán de Porfirio Díaz , Oaxaca, que tenía sólo el apellido Ruiz, que su madre era pobre y vendía tortillas, que llegó a los 14 años al Distrito Federal para después llegar a vivir a Nezahualcóyotl en 1961 un día antes de que cayera una fuerte nevada en la ciudad, la última que se tenga memoria en el Valle de México.





Además que empezó haciendo figuras de madera a los seis años, posteriormente en el DF fue un empresario del plástico quien le pidió modelar madera para la creación de moldes de juguetes y otras figuras, después, casi por un accidente, empezó a tallar los huesos que sobraron de un mole de olla preparado por su esposa, cosa que haría los 53 años siguientes de su vida.


Abraham cuenta numerosas anécdotas de su padre, una es la que más dolor le causa "una vez le llevé a Carlos Monsiváis las piezas que hacía mi papá para que él se las comprara, él las vio, las calificó de emocionantes, excelentes, firmó un cheque, él siempre pagaba de más y al final me dijo que le dijera a mi padre que le quedaba debiendo".

jueves, 15 de diciembre de 2011

Recuerdos inolvidables de Navidad

 

Pot: Raúl Espinoza Aguilera

Fuente: Yoinfluyo.com

 

Aquella tarde me encontraba tranquilamente en mi casa. Tenía escasamente cinco años. Mis vecinos daban clases de catecismo en la parroquia de la ciudad. Uno de ellos, mi amigo Armando, de unos 13 años, me invitó a que lo acompañara a la posada que habían preparado para unos 200 niños pobres.

 

-¿Pero yo qué voy a hacer allí? –le pregunté. -¡Necesitamos brazos que nos ayuden para atender a tantos niños, ya verás! –me respondió con decisión y soltura. Así que los acompañé. Observé que aquellos pequeños realmente eran de condición muy modesta y vestían pobremente.

 

Por esos años, a mi padre le había ido mal en la agricultura y la verdad no esperábamos grandes regalos con ocasión de la Navidad, contando además que éramos siete hermanos. Al inicio del evento, se rompieron numerosas piñatas preparadas en la parroquia. Me sorprendió la algarabía de los niños. Pero el clímax fue cuando hicieron largas filas para recibir regalos y sus bolsas de dulces y chocolates.

 

Me pidieron que yo repartiera esas golosinas en una de las colas y, a la vuelta de tantos años, me resultan inolvidables aquellos rostros llenos de alegría y regocijo por recibir esos aquellos sencillos obsequios. Algunos daban saltos de júbilo; otros me pedían dos bolsas; algún otro, un regalo adicional. Era un ambiente de fiesta infantil y, por supuesto, se entonaron cánticos navideños.

 

Reconozco que aquella experiencia tuvo un fuerte impacto para mí porque me hizo pensar en varias cosas: a) si yo consideraba que en mi familia estábamos pasando por apuros económicos, había niños que no tenían prácticamente nada; b) sin embargo, con aquellos modestos obsequios esos niños de mi edad eran inmensamente felices; c) que si me lo proponía y era generoso, podría servir más a esas personas tan necesitadas de todo y ser un instrumento que contribuyera a su alegría y bienestar.

 

Otro recuerdo inolvidable fue al año siguiente, cuando mi madre me dijo: -Vamos a casa de la familia del licenciado Castro, que acaban de venirse a vivir a Sonora. Ellos son de la Ciudad de México y suelen organizar las posadas tradicionales cristianas, ¡son muy hermosas, te van a encantar!

 

Habría que decir, como antecedente, que en ese estado fronterizo -como tantos otros, por influencia norteamericana- al hablar de la Navidad se relacionaba invariablemente con "Santa Claus" y muy poco con el nacimiento del Niño-Dios y los Reyes Magos.

 

Me acuerdo que era una noche fría, cuajada de estrellas. Era un espectáculo imponente. Y por aquel amplio jardín de la familia Castro todos los asistentes a esa posada, seguimos a los Peregrinos -Jesús, María y José-, mientras rezábamos el santo rosario y cantábamos las letanías o alabanzas a la Madre de Dios.

 

Antes, la señora de la casa nos explicó en líneas generales qué significaba la fiesta de la Posada y su hondo sentido cristiano. Al finalizar, nos ofrecieron un sabroso ponche caliente.


Esa Navidad descubrí que el festejo medular era la Encarnación, la venida de Cristo al mundo para redimirnos y no el "dichoso" Santa Claus que tanto se promovían en los aparadores de las tiendas de juguetes infantiles y en los comerciales.

 

Cuando terminó aquella primera e inolvidable Posada, recuerdo que me quedé reflexionando y mirando detenidamente el cielo nocturno con tan abundantes estrellas. Esa noche había encontrado el sentido profundo de la Navidad, y venía a mi mente aquella conocida frase de las Sagradas Escrituras que se solía colocar en los Nacimientos: "Gloria a Dios en las alturas y en la tierra paz a los hombres de buena voluntad".

 

Esta familia Castro también estaba pasando por privaciones económicas, sin embargo, en ese hogar, con numerosa prole, reinaba la alegría y la felicidad.

 

Pienso que es justamente uno de los grandes mensajes que nos dejó Jesucristo al querer nacer en un humilde portal de Belén. Porque, ¿no era lógico pensar que san José, en su taller y hogar de Nazaret, como buen padre y carpintero le habría fabricado una cunita al Niño-Dios?

 

¿Y la Virgen María no prepararía, para ese esperado día del Nacimiento: ropa, lienzos y ropones para acoger dignamente al Hijo de Dios y que tan bien lo saben hacer las manos femeninas?

 

Pero, Dios en su Providencia, quiso cambiar esos planes. El Emperador César Augusto -comenta el Evangelista San Lucas- quiso que todo el mundo se empadronara. A san José y a santa María les tocó hacerlo en el poblado de Belén y dejar temporalmente su hogar de Nazaret. Y nos dieron un admirable ejemplo de cómo hay que cumplir con los deberes cívicos, aún en una situación complicada como lo es un embarazo avanzado.

 

"Y sucedió que, estando allí, le llegó la hora del parto, y dio a luz a su hijo primogénito, lo envolvió en pañales y lo recostó en un pesebre, porque no hubo lugar para ellos en la posada" (Lucas 2, 7).

 

Así de sobrio es el texto evangélico pero qué duro debió de haber resultado para ellos que no hubiera posada y se vieran en la forzosa necesidad de que diera a luz en un pesebre.

 

¡El Rey del Universo, poseedor de todo lo creado, quiso nacer en la más extrema pobreza! Luego entonces, aún en medio de nuestra actual sociedad de consumo, el Señor quiere que le imitemos, que amemos también las privaciones económicas que nos puedan sobrevenir a lo largo de nuestra vida; que vivamos con sobriedad, templanza y desprendidos de los bienes materiales, y siempre con alegría, para no tener ataduras que nos impidan ver el Rostro de Dios.

 

 

 

"Los Últimos Cristeros": ¿libres o manipulados?

 

Por Jorge Enrique Mújica

Diciembre de 2011

 

Mientras se sigue esperando la platicada película "Cristiada", de Dean Wright, un joven director está llevando a festivales de cine internacionales otra producción análoga titulada "Los Últimos Cristeros".

Se trata de un largometraje sobre la persecución religiosa en México (1926-1929) y que la historia oficial mexicana (recogida en los libros de texto de ese país) simplemente omite.

 

El joven talento que asumió el reto de poner en la pantalla grande esta parte de la historia de México es Matías Meyer (Perpiñán, 1970), hijo del historiador franco-mexicano Jean Meyer, ampliamente conocido por sus libros de investigación luego convertidos en series documentales para la televisión y que abordan precisamente ese periodo de la historia mexicana (punto de referencia bibliográfica internacional en ese ámbito específico).


En una entrevista concedida al diario español "El País" Matías Meyer dijo: "Mi película busca arrojar un poco de luz sobre ese periodo, pero no es una película histórica. Busca reivindicar este movimiento, sobre todo contra la idea errónea de que los cristeros fueron manipulados por la Iglesia para tomar las armas. Fue un levantamiento espontáneo, popular y campesino. No porque obedecieran sus creencias obedecían a la Iglesia".


A la pregunta del mismo periódico sobre un "reabrir" heridas ante el recuerdo de aquellos hechos responde: "La película busca pregonar la tolerancia. Mis personajes de cristeros tampoco son unos santos, son buenos y malos a la vez. El mal se da por las circunstancias, nadie puede salir limpio de una guerra. Al Gobierno sólo lo vemos de lejos, desde el punto de vista de los perseguidos. Creo que es bueno poder ver los dos lados de la moneda y ver que no todo es blanco o negro" (cf. "México revisa su historia oficial", "El País", 14.10.2011).


"Los Últimos Cristeros" se basa en la novela "Rescoldo, los Últimos Cristeros", del escritor Antonio Estrada. Y la cinta incluso cuenta con una fan page en Facebook (enlace). Su sinopsis es la siguiente:


"A fines de los años 30, un pequeño grupo de hombres y su Coronel cristero rechazan la amnistía y continúan su lucha contra la persecución religiosa y por la libertad de culto. 'Los Últimos Cristeros' cuenta la valiente historia de estos soldados de Cristo, los últimos levantados contra el ejército mexicano, que llevan su lucha sin comida ni municiones, en medio de un paisaje árido y... agreste".

 

 

 

SIDA, rostro de la ¿injusticia social?

 

Por: Maricarmen Rizo

Fyuente: Yoinfluyo.com

 

 

Sor Bertha, dedicada a cuidar enfermos con SIDA, se dio cuenta que no necesita curar llagas, sino atender el alma con amor, darles vida ante la muerte, lamentó lo que muchos jovencitos desesperadamente le han cuestionado: "¿por qué a mí nunca me hablaron de qué Dios existía, porque a mí siempre me pidieron las nalgas a cambio de algo?" o expresiones como "tuve que cambiar, yo pensé que era un pene, yo pensé que era una vagina y hoy terminé así".

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         Condenados a muerte, en muchas ocasiones abandonados y discriminados por la sociedad e incluso su propia familia -eso quienes la tienen-, cuando parece que no existen motivos por los cuales seguir viviendo muchas personas infectadas por el Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA), encuentran en PAIPID el aliento para seguir adelante pese a su enfermedad.

Acompañamiento psicológico, psiquiátrico, médico, y espiritual adquieren gratuitamente quienes acuden a los albergues de PAIPID (Proyecto de Atención Integral a la Persona Inmunodeprimida), una fundación que se dedica a atender personas con SIDA, un proyecto que nació gracias a la Congregación Misionera de Cristo Resucitado y que tiene su sede en Guadalajara Jalisco.

Una labor difícil que enfrentan quienes atienden dichos albergues como platicó sor Bertha, fundadora del proyecto, "desafortunadamente me ha tocado sepultar a miles de jovencitos, miles de señoras, cientos de niños, víctimas de una realidad social, y estoy cansada de sepultar; estoy cansada de descolgar jóvenes que han perdido el sentido de la vida".

Durante el Congreso "Construyendo la Paz desde la Familia" realizado en la Ciudad de México, aclaró que no le cansa el hecho de ayudar y acompañar a quienes lo necesitan, sino de que la sociedad no despierte ante tan terrible realidad, "¿por qué estamos ante esta situación y porqué estamos de esta manera pasiva?", agregó que lo que se necesita es actuar, no asustarse ante este fenómeno global sino tener agallas para darle la cara.

Y es que según los últimos datos el Centro de Investigación y Desarrollo en Ciencias de la Salud (CIDCS), con 149 mil 883 personas diagnosticadas, de las cuales 26 mil 721 son mujeres y 123 mil 162 hombres, México es el segundo lugar de Latinoamérica con casos de este tipo.

Para sor Bertha, este gran virus, que no termina y mundialmente sigue creciendo, tiene su raíz hace más de 60 años gracias a la globalización, "porque ha tenido como centro el dinero, no al ser humano, entonces la estrategia es necesito cambiar la lógica del ser humano y ¿qué creen? no la cambiaron y entonces vamos a tener seres humanos hiper mega estimulados con una microcefalia es decir con una cabeza pequeña porque la política mundial es no pienses; siente, no razones, no hables, no te manifiestes".

Ante esto señaló que hoy nos encontramos con una crisis que jamás habíamos visto, que va desde lo existencial, familiar, y que ha llevado a que niños, jóvenes y adultos terminen "desestructurados", es decir, sin una estructura de persona.

"Jovencitos de 20 años que fueron infectados a los 12, 13 o 14 porque hay un sistema económico que no permite que haya la capacidad de cuidar estos niños, hay un sistema que nos ha llevado vivir sólo en un marco de no razonamiento, de no proceso mental y esto ha provocado que el ser humano asimismo se deshumanice y se quede solamente en una etapa de lo que es proceso de ser persona, en una etapa biológica, genital, sensitiva", consideró.

Relató que entre las personas que atienden un gran porcentaje de jóvenes dependen ya de un psiquiatra, muchos porque no hubo papá, ni mamá que les formará códigos de conducta, "que les dijera esto sí, esto no, que es lo que da certeza a la persona para poder elegir, luego por eso no sabe de dónde agarra se confunde, tiene miedo".

También están las personas inocentes que terminan infectadas por su pareja infiel, o los bebés que nacen con SIDA gracias a sus padres y en menor medida por alguna negligencia médica.

Compartió que cuando empezó a cuidar enfermos con SIDA se dio cuenta que no necesita curar llagas, sino atender el alma con amor, darles vida ante la muerte, lamentó lo que muchos jovencitos desesperadamente le han cuestionado: "¿por qué a mí nunca me hablaron de qué Dios existía, porque a mí siempre me pidieron las nalgas a cambio de algo?" o expresiones como "tuve que cambiar, yo pensé que era un pene, yo pensé que era una vagina y hoy terminé así".

PAIPID nació para dar respuesta como proyecto diocesano, por ello no lucran, e intentan trabajar con calidad evangélica, basados en la doctrina social cristiana "para ser signos de la resurrección". Atienden desde bebés hasta ancianos, la gran mayoría de sus pacientes adultos son homosexuales.

"Quienes hacen las leyes yo les digo idiotas, sí una persona idiota es la que no piensa, la que no conoce y leyes que van contra la dignidad de la persona son dictadas por personas que no conocen la verdad y la realidad, que son parciales porque si vieran las miles de personas que mueren porque creyeron en lo que los medios decían, en lo que las políticas de salud decían, en lo que los demás decían; mentiras no podemos seguir permitiendo esto" enfatizó la religiosa.

Dijo que mientras no hagamos conciencia en ello y exijamos leyes que dignifiquen a la persona, y mientras no nos humanicemos, seguiremos sepultando personas no sólo infectadas con SIDA, sino fallecidos fruto de cualquier tipo de violencia.

"Ya nos acostumbramos ver a nuestros adolescentes que se están muriendo, cuando te toca a ti y mí hacer algo por ellos, el pecado más grande que tenemos los mexicanos es la inconciencia y la indiferencia, ante lo que está sucediendo, pensamos que nosotros no nos toca, ¿si a ti no te toca a quién le toca?".

Recordó que los cambios jamás van a venir de arriba, "los cambios vienen del pueblo, de abajo es a nosotros a quienes nos toca empezar a cambiar, tomar decisiones, exigir, desde lo personal, familiar y política".

Esta gran labor de quienes conforman la Congregación y voluntarios, la realizan en distintas partes del país; Jalisco, Quintana Roo, y Yucatán. Su atención no es sólo para personas con SIDA, también atienden a hijos huérfanos de personas que han muerto por VIH.

 

martes, 6 de diciembre de 2011

Resiliencia, florecer en el pantano

 

Alejandro Ledesma Solórzano

 

 

Actualmente en México muchos jóvenes e incluso niños justifican su relación con la delincuencia como el resultado del entorno en el que viven, justificación que incluso alguna parte de la sociedad adopta "no tuvieron oportunidades" se suele decir, sin embargo la resiliencia nos demuestra todo lo contrario. La resiliencia es la capacidad de salir adelante pese a las adversidades y el entorno, es como florecer en el pantano.

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         ¿Por qué algunas personas, niños o adultos, frente a situaciones adversas, traumatismos y amenazas graves contra su salud y desarrollo, logran salir adelante armoniosa y positivamente, mientras que todo predice una evolución negativa? A esta capacidad de salir adelante frente a las adversidades se le llama resiliencia.

 

Existen muchos casos palpables que se han visto en el mundo; los terremotos que devastaron países como Haití, Chile Japón... refleja la verdadera resiliencia que tuvo la sociedad. El levantarse, renacer, resistir y seguir adelante con actitud positiva es la esencia de ella.

 

Actualmente en México muchos jóvenes e incluso niños justifican su relación con la delincuencia como resultado del entorno en el que viven, justificación que incluso alguna parte de la sociedad adopta "no tuvieron oportunidades" se suele decir, sin embargo la resiliencia nos demuestra todo lo contrario.

 

Y es que según una persona sin resiliencia, si vives en una zona de delincuentes tú serás delincuente, si vives en zona donde el narco ofrece "oportunidades", tú le servirás a ellos (sicario, narcomenudista, conspirador...) Pero, ahí está el significado de la resiliencia, el saber vivir ante la adversidad, el superarse, en descubrir retos para ser lo yo quiero ser pese al entorno.

 

En entrevista con Vania Rodríguez Carpio, especialista en el  tema,  explicó que la resiliencia es la alquimia del dolor en oportunidad, "en esperanza, es resinificar retos en la vida, es volver a encontrarle sentido a lo que somos y a quien somos, es explorar en las capacidades que cada uno tiene para enfrentar los nuevos retos".

 

Está vinculada también a la autoestima, por lo que es importante trabajar con los niños desde pequeños para que puedan desarrollar sanamente esta capacidad. Un pequeño con buena autoestima se transformará en un adulto con buena capacidad de resiliencia, por lo que estará preparado para superar los obstáculos que encuentre a lo largo de su vida.

 

Según el doctor Paul A. Bouvier Bassegoda de Servicio de Salud de la Juventud, Ginebra, Suiza y autor del libro "La resiliencia, una mirada que abre horizontes" el término "resiliencia" proviene de la física de los materiales. Expresa las cualidades de un resorte: resistir a la presión, doblarse con flexibilidad y recobrar su forma original.

 

Por otra parte, Michael Rutter, un pionero del estudio, la define como  "un fenómeno manifestado por personas que evolucionan favorablemente, habiendo sido víctimas de estrés que, para la población general, comprendería un riesgo serio con consecuencias graves".

 

A la idea de resistencia a la destrucción, se añade otro componente, la capacidad de construir una vida significativa. La resiliencia contiene un componente activo, una dinámica existencial. Ser resiliente no significa simplemente rebotar, sino crecer hacia alguno nuevo.

 

Especialistas  de "American Psychological Association" que es un centro de apoyo para el camino a la resiliencia (para conocer más detalles ver aquí) recomienda 10 formas para construir la resiliencia.

Cabe resaltar que parte fundamental de la resilencia es nunca perder la esperanza; tener una visión optimista permite esperar que ocurran cosas buenas en la vida, tratar de visualizar lo que se quiere en vez de preocuparse por lo que se teme.

 

Formas adicionales de fortalecer la resiliencia le podrían ser de ayuda. Por ejemplo, algunas personas escriben sobre sus pensamientos y sentimientos más profundos relacionados con la experiencia traumática u otros eventos estresantes en sus vidas. La meditación y las prácticas espirituales, como la oración para los cristianos, ayudan a algunas personas a establecer relaciones y restaurar la esperanza.

 

La clave es identificar actividades que podrían ayudarle a construir una estrategia personal para desarrollar la resiliencia.