Una familia de argentinos, de seis integrantes, vivió caso dos meses en el aeropuerto internacional de Río de Janeiro sin dinero y de la caridad de los empleados de la terminal aérea, informó hoy la prensa local.
Se trata de Liliana Sava, su esposo, su madre y sus tres hijas, de 6, 5 y 2 años, que se quedaron varados desde el 11 de junio de 2009 en el aeropuerto Tom Jobim de la bella ciudad.
La familia buscaba regresar a Panamá, su país de residencia, y pidió que alguna aerolínea les ayudara a viajar a Boa Vista, capital del norteño estado brasileño de Roraima (limítrofe con Venezuela), porque desde allí, aseguró Sava, el grupo podía "regresar a casa".
La familia no tenía dinero para regresar a Panamá, pero según reveló Clarín, tampoco aceptó la oferta del consulado argentino en Río de Janeiro de pagarle los boletos para viajar a Buenos Aires.
El grupo familiar había viajado a Argentina para visitar al padre de Sava que estaba muy enfermo, según relató la mujer, que contó que luego viajaron en ómnibus a Río de Janeiro, desde donde tenían planeado volar a Panamá con boletos aéreos reservados por una amiga.
"Pero nuestra amiga no los había comprado por falta de dinero. La crisis está afectando a todo el mundo. Mi marido ayudó a mucha gente en Panamá pero ahora no tenemos a quien recurrir", dijo la mujer.
Según Sava, la familia tiene "un amigo que vive en Venezuela" y que les puede "ayudar a viajar desde Boa Vista a Caracas" y desde allí, a Panamá.
La mujer contó que la familia fue llevada por el consulado argentino en Río de Janeiro a un refugio en la Isla del Gobernador, donde está el aeropuerto Tom Jobim, pero que como no les pareció un "ámbito seguro" para las tres pequeñas, decidieron "acampar" en la terminal.
Dentro del aeropuerto, la familia, que duerme en los bancos de una cafetería, recibió la solidaridad de trabajadores y comerciantes del lugar, que les acercan comida y contención afectiva.
Sava baña a sus pequeñas en los baños exclusivos para asear a los bebés y lava la ropa allí y la tiende de los carros que se utilizan para llevar las maletas.
Según el relato de Clarín, el 13 de julio, cuando Bianca, la segunda de las niñas, cumplió 5 años, los empleados del aeropuerto le llevaron globos, juguetes y una torta.
Hasta un policía, identificado como José Walber Francisco dos Santos, se conmovió con la situación de la familia argentina y el domingo pasado la invitó a comer a su casa.
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