jueves, 17 de diciembre de 2009

Sociedad Atormentada

Por: Antero Duks

Noviembre / 2009

 

Ponencia presentada a la Konrad Adenauer en Berlín, Alemania el 26 de noviembre de 2009

¿Por qué teniendo tanto avanzamos tan poco? ¿Por qué teniendo tanto continuamos con una pobreza que abarca al 50% de la población y con una desigualdad insultante? ¿Por qué teniendo tanto la calidad de nuestra educación es lamentable? ¿Por qué teniendo tanto hemos permitido que la impunidad y la corrupción que a su vez genera violencia, señoree a este país? ¿Por qué teniendo tanto nuestra economía está creciendo en forma totalmente insuficiente? ¿Por qué teniendo tanto nuestros paisanos tienen que emigrar para encontrar oportunidades de trabajo? ¿Por qué teniendo tanto no hemos alcanzado la cohesión social? ¿Por qué teniendo tanto no hemos logrado consolidar nuestra democracia? ¿Por qué teniendo tanto no hemos logrado construir un sistema político que haga las reformas que requiere el país? Y podríamos seguir con nuestros cuestionamientos, pero prefiero pasar a las preguntas ¿ Cuáles son las causas y qué debemos hacer para superar todos estos rezagos?


Intentemos, con la brevedad que exige el caso, pasar a su análisis.


¿Por qué decimos que tenemos tanto?


México es la 13ava economía a nivel mundial con una población de 106 millones de habitantes que representa un significativo mercado potencial interno. Su población es joven y  creciente y ofrece, entonces, un bono demográfico con enorme potencial, contrario a los que sucede en la mayor parte de los países desarrollados, en donde su población tiene bajos niveles de crecimiento y tiende a envejecer en forma acelerada.


Tenemos 3326 kms de frontera con el país más poderoso y rico del mundo y hemos firmado con  él y con Canadá un Tratado de Libre Comercio que ha catapultado nuestro comercio internacional (US 291,000 millones en 2008 de exportaciones) y nos ha dejado indudables aunque insuficientes beneficios. Hemos firmado también  innumerables  tratados de libre comercio con países europeos, latinoamericanos y asiáticos, aunque poco aprovechados.


Existen 12.7 millones de mexicanos (y 30 millones de origen mexicano) en los Estados Unidos que aportan anualmente a nuestro país alrededor de 24,000 millones de dólares y representan un nicho de mercado étnico de gran potencial.


Tenemos acceso a casi todos los países del orbe a través de nuestra estratégica situación geográfica que nos da acceso al Océano Pacífico y al Atlántico por medio de nuestras grandes costas y puntos estratégicos, como son el Istmo de Tehuantepec y puertos situados en lugares privilegiados para impulsar el comercio tanto interior como exterior.


Contamos con un sector empresarial de fuerte empuje que ha sido capaz de establecer empresas de calidad mundial tanto en México como en el extranjero y que ha establecido alianzas y coinversiones  exitosas con empresas americanas, europeas y asiáticas.


Somos el décimo cuarto destino turístico en el mundo debido, entre otras cosas, a la belleza de nuestras playas y nuestros mares y a la riquísima cultura prehispánica y colonial que hemos heredado.

Tenemos generosos recursos naturales a través del petróleo (ocupamos el sexto lugar a nivel mundial en producción de crudo y el 13avo en reservas probadas); y de las reservas minerales en donde ocupamos el doceavo lugar.


¿Por qué teniendo tanto avanzamos tan poco? Busquemos antes algunas explicaciones históricas y una visión del presente.


México gozó de una riquísima cultura precolombina –no exenta de violencia- durante miles de años, hasta la conquista  por parte de los españoles en el Siglo  XVI.  De ellos heredamos la lengua española y la religión católica, entre otras cosas. No fue sino hasta 1810, hace casi 200 años,  cuando nos independizamos de España y en ese siglo XIX fue cuando sufrimos la pérdida de la mitad de nuestro territorio a manos de los Estados Unidos, una confrontación armada con los franceses y una dictadura de 30 años por parte de Don Porfirio Díaz que dio finalmente lugar a la Revolución Mexicana en 1910, que costó 1 millón de vidas, casi la décima parte de nuestra población. El año entrante festejaremos nuestro bicentenario. En el transcurso del Siglo XX, durante 72 años, tuvimos a cargo de nuestro destino político al Partido Revolucionario Institucional (PRI), partido hegemónico que Vargas Llosa, el premiado literato peruano, llegó a calificar como una dictadura perfecta. Una larga lucha a favor de la democracia culminó en el 2000 con el acceso del Partido Acción Nacional y de su representante, Vicente Fox, a la presidencia de la república. En este aún corto período, 9 años, se han logrado indudables avances en la democracia: división de poderes, elecciones más confiables, avances en transparencia, federalización, e independencia de instituciones en sectores clave de la vida política.  Este partido, el PAN, ha permanecido en el poder durante 9 años, algunos de ellos tormentosos, y enfrentará un delicado proceso electoral en el 2012, pues ha  sufrido un lamentable revés  a manos del Partido Revolucionario Institucional, el viejo PRI,  en el proceso electoral del pasado 5 de julio ¿Quién gobernará a partir del 2012? Es pronto para decirlo, pero el partido en el poder, el PAN, no está pasando por el mejor de sus tiempos.

En opinión de dos prominentes académicos mexicanos, Jorge Castañeda y Héctor Aguilar Camín, hemos pasado del autoritarismo irresponsable del PRI a la democracia improductiva, de la hegemonía de un partido a la fragmentación partidaria, del estatismo deficitario al mercantilismo oligárquico, de las reglas y los poderes no escritos de gobierno al imperio de los poderes fácticos,  de la corrupción a la antigüita a la corrupción aggiornata. Es la hora del desencanto con la democracia por sus pobres resultados. Preocupa en la democracia mexicana la resignación que impone a sus gobernantes el triunfo del reino de lo posible como sinónimo de estancamiento, incertidumbre, falta de rumbo nacional. Un país, se diría, al que le sobra pasado y la falta futuro.


¿Por qué teniendo tanto hemos avanzamos tan poco?  Señalemos algunas de las causas principales:

 

Desarrollo económico:  Hemos tenido un crecimiento exiguo (2.9% durante los últimos 10 años), inferior a la media latinoamericana, incapaz de generar el millón de empleos que exige nuestro crecimiento poblacional. Somos la 13ava economía a nivel mundial, pero la 74 en lo que toca al producto interno bruto per capita. Algunos de los puntos que señalamos a continuación tienen que ver con este  fenómeno.


Nuestra baja competitividad, en donde ocupamos el lugar 60 en el concierto de las naciones, debido, entre otras cosas, a la debilidad de nuestras instituciones (97) a la ineficiencia del mercado laboral (110) y a nuestra poca capacidad para innovar (90)


Altos índices de corrupción e impunidad. En el primero, ocupamos el lugar 89 con una calificación de 3.3 y en lo que toca a impunidad las estadísticas varían entre un 90% y un 98%, lo que quiere decir que sólo unos cuantos delincuentes pagan su culpa.


Monopolios y oligopolios públicos y privados que lesionan severamente la economía de la población, acumulan un gran poder en la información y la formación de opinión, y capturan una renta excesiva a favor de entes privilegiados. La Comisión Federal de Competencia, responsable de denunciar y actuar en contra de prácticas monopólicas, no cuenta con recursos legales suficientes para cumplir cabalmente con su función.


Gigantesca economía informal que ocupa, según la OIT a 25.5 millones de personas y que compite deslealmente con la formal, aleja a sus integrantes de la protección social integral y perjudica su capacitación y superación. Esta economía informal ha sido alentada por políticas públicas que la han favorecido, por una parte, y por absurdas exigencias burocráticas a las empresas formales que impiden su sano desarrollo.


Política fiscal con falta de visión de Estado, dependiente en extremo de los recursos petroleros –que se han reducido en forma alarmante-; que se recarga en los causante cautivos y omite a los informales; que privilegia a ciertos grupos de poder; que tolera un grado excesivo de defraudación y elusión fiscal; que es ineficiente en la recaudación y que genera ingresos notoriamente insuficientes para que el Estado cumpla con su misión redistributiva y con su responsabilidad de ofrecer servicios públicos de calidad a la población y desarrollar la infraestructura indispensable para el desarrollo apropiado de las regiones.


Educación: La calidad de la educación es verdaderamente lamentable. Ocupamos uno de los últimos lugares entre los países de la OCDE en la prueba Pisa enfocada a la ciencia, a la lectura y a las matemáticas. Nuestras propias pruebas internas muestran resultados por demás desalentadores. Existe un serio riesgo de que no sólo se abra la brecha de la desigualdad económica, sino que se abra la brecha digital en un mundo que se caracteriza por el desarrollo a través del conocimiento.


Gobernabilidad: Hemos pasado de una presidencia todo poderosa, a una presidencia acotada; de partido hegemónico, a partidos sin capacidad de generar los acuerdos indispensables para impulsar el desarrollo del país; de partidos que han logrado enormes privilegios económicos para ellos y para sus representantes en el Congreso, pero que han encontrado el rechazo de la sociedad. De partidos cuyas luchas internas les han impedido consolidar su ideología y enseñar un rostro claro a la ciudadanía. De un centralismo agobiador no transitamos al deseado federalismo, sino a una suerte de feudalismo en donde los gobernadores tienen un poder sin el adecuado contrapeso,  ejercido con una opacidad insultante en  el uso de los recursos. Es sin duda nuestra clase política, uno de los principales factores para que nuestro país no avance al ritmo que su gran potencial de desarrollo le permitiría.


 Violencia e inseguridad que se percibe como el primero o segundo problema más grave del país en vista a la actividad sin precedente del crimen organizado en materia de narcotráfico, robos, extorsión y secuestros.


Sindicatos en las entidades públicas caracterizados por: a) su falta de transparencia en el uso de los recursos obtenidos; b) su notoria corrupción en algunos casos; c) su poder desmedido tanto dentro de las instituciones a las que dicen servir, como por su influencia en las políticas de Estado.


Y por último y en otro orden de ideas, una sociedad poco participativa, desilusionada de y poco interesada en la política, acostumbrada más a pedir que a exigir sus derechos y cumplir con sus obligaciones.


¿Qué podemos y debemos hacer para alcanzar los niveles de desarrollo humano y económico mediante el aprovechamiento de todos nuestros grandes recursos y ventajas competitivas y comparativas?


Más que referirme a propuestas generales, me referiré a lo que hemos hecho en la organización que me honro en presidir, Sociedad en Movimiento (SenM), y, muy en particular al programa denominado México a Debate que estamos desarrollando en la actualidad, contando, por cierto, con el invaluable apoyo de la Fundación Konrad Adenauer.


SenM tiene como propósito el impulsar el desarrollo integral e incluyente del país a su máximo potencial, con visión de largo plazo, dentro de la democracia participativa. Congruente con lo anterior, ha integrado su Consejo con representantes de muy diversos sectores de la sociedad: sector empresarial, sindicatos, colegios de profesionistas, academia,  indígenas, así como múltiples organizaciones de la sociedad civil incluyendo redes de padres de familia, de personas con discapacidad, de prevención de adicciones, etc. Opera a nivel nacional a través de representaciones propias o de sus organismos afiliados. SenM es una organización apartidista, incluyente, no lucrativa, que no tiene preferencia por religión alguna, aunque a todas las respeta, que inició sus actividades en marzo del 2005. Cree firmemente que mediante la vertebración de la sociedad civil –formando capital social- y su interacción en políticas públicas, se contará con un factor relevante para alcanzar un México más próspero, libre y justo.


Durante sus 5 años de vida hemos impulsado muy diversos proyectos tendientes a alcanzar sus objetivos. Hemos generado un Código Ciudadano que promueva el cambio de actitud de los mexicanos y los haga responsables tanto de exigir sus derechos como de cumplir con sus obligaciones; hemos impulsado la participación ciudadana razonada dentro de los procesos electorales tanto federales como locales; hemos buscado la cohesión social a través de apoyar programas de líderes indígenas; hemos sido co-organizadores de movilizaciones de gran dimensión en contra del ambiente de inseguridad que priva en el país; hemos influido en las políticas públicas a través de catalizar la opinión de la ciudadanía; y ahora hemos emprendido un gran proyecto, denominado México a Debate, que pretende impulsar un Acuerdo Político Nacional a partir de la sociedad. Un Acuerdo que de rumbo al país, que exija  se lleven a cabo las grandes reformas pendientes, y que una a los mexicanos en lo esencial. El año de nuestro bicentenario, el 2010, debe ser el año de la sociedad, el año en que los políticos construyan torres y obras públicas para festejarlo, pero que la sociedad impulse a través de propuestas, la formación de un nuevo país y de una nueva sociedad. O nos unimos, o nos hundimos, pues el riesgo de confrontación social está latente y el año paradigmático del 2010, en el que celebramos nuestro bicentenario –independencia en 1810 y revolución en 1910- puede ser un verdadero parteaguas, para bien o para mal.


Para alcanzar nuestro propósito, hemos invitado a cerca de 150 organizaciones de la sociedad a ser convocantes de México a Debate. Organizaciones de toda la república mexicana, de todos los estratos sociales y de diversos signos ideológicos. Sólo así, uniéndonos primero en la diversidad, podemos unirnos después en lo esencial, para impulsar un proyecto de la magnitud de México a Debate.


Este proyecto pretende recabar las propuestas de la sociedad para atender la severa problemática señalada anteriormente bajo la siguientes premisas: El problema estructural más serio que contemplamos es el de la pobreza y la desigualdad y para abatirlo requerimos 1.- desarrollo económico generador de riqueza y empleo digno y bien remunerado; 2.- Educación de calidad y servicios de salud que lleguen hasta los sectores más desprotegidos; 3.- Atacar la impunidad con el propósito de abatir la corrupción, la violencia y el crimen organizado y transitar hacia un pleno estado de derecho; y  4.- Modificar nuestro sistema político en forma tal que sea capaz de impulsar las reformas estructurales indispensables para alcanzar los propósitos anteriores ¡Qué mejor que impulsar la creación de una gran clase media mexicana con un índice de desarrollo humano que sea orgullo de nuestra sociedad!


A través de la página
www.mexicoadebate.org.mx hemos diagnosticado los problemas arriba señalados y abierto los espacios para recibir las propuestas de la sociedad. Múltiples foros están en proceso de organización a lo ancho y  largo de toda la república para recabar propuestas, y los organismos de la sociedad y los denominados think tanks han colaborado enviando su visión de país y la forma de alcanzarlo.


En el primer trimestre del 2010 esperamos contar con un documento resumen que nos permita recabar el apoyo de la sociedad a su contenido y que nos permita, también, iniciar negociaciones con los poderes públicos, tanto en el Congreso como en la Presidencia de la República. En un escenario optimista, el año entrante, como festejo de nuestro bicentenario, lograríamos una Acuerdo, impulsado por la sociedad, al que concurran y se unan las fuerzas políticas. Ellos nos necesitan a nosotros, nosotros los necesitamos a ellos. México requiere de ambos y de su altura de miras.


No podemos desconocer que en estas últimas semanas ha habido fuertes corrientes de opinión tanto oficiales como de la sociedad, tendientes a presionar para alcanzar acuerdos políticos alrededor de los temas planteados en México a Debate.  Bienvenidas estas corrientes hasta en tanto no las utilicen los partidos políticos sólo para ganar adeptos para sus causas.


En el 2012 tendremos elecciones para la Presidencia de la República. La sociedad habrá puesto su agenda y ésta servirá para escuchar las propuestas de los candidatos y poder razonar el voto de los ciudadanos.

 
Estamos convencidos de que el cambio de actitud de los mexicanos será el motor para alcanzar un país que supere sus enormes deficiencias a través de aprovechar sus enormes fortalezas. Los políticos han pensado en las próximas elecciones, nosotros, la sociedad, tenemos que pensar en las próximas generaciones. Ambos tenemos que pensar en construir, juntos, el futuro de nuestro país.

 

 

«EL RESPETO A LA LEY ENALTECE NUESTRO ESPÍRITU»
 
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