Por: Querien Vangal Febrero / 2010
Al estudiar el nacimiento de las civilizaciones, siempre nos deparamos en su origen con una familia o grupo de familias "incluso en las más remotas eras de la historia" y constatamos que un recto desarrollo civilizatorio depende de la buena constitución de la sociedad familiar.
Familia, base del Estado
Sin la familia, no sólo no se formarían las ciudades, sino que las civilizaciones no se desarrollarían, una vez que éstas no se sustentan sin la institución familiar, del mismo modo que un árbol no se sustenta sin sus raíces.
"La Ciudad Antigua", es el título del famoso libro del historiador francés, Fustel de Coulanges (1830-1889), profesor de Historia Medieval en la Sorbonne (Francia). En esa obra, el autor demuestra que en la antigua Grecia, así como en la Italia de la civilización romana, después de un desarrollo natural, las ciudades y después los Estados, nacieron de la sociedad familiar, confirmando la tesis de que la familia es anterior al Estado.
Ese ilustre autor, después de constatar que, en el mundo antiguo, las personas se reunían en torno del paterfamilias ( autoridad venerable que podría ser un padre de familia o un jefe de clan familiar) pasa a describir como las familias dieron origen a las tribus, a las ciudades y a las naciones:
"Cada fratria o Cúria [en la Grecia antigua, cada uno de los grupos en que se subdividían las tribus atenienses denominábase fratria, y entre los romanos, cúria ] tenía un jefe fratriarca o curión, cuya principal función era la presidir los sacrificios, tal vez. originariamente sus atribuciones hubiesen sido más amplias. La fratria reuníase en asambleas donde tomaba sus deliberaciones y podía promulgar decretos. En la fratria como en la familia, había un dios, un culto, un sacerdocio, una justicia, un gobierno. Era una pequeña sociedad modelada exactamente sobre la familia.
"La asociación continuó naturalmente creciendo y según el mismo sistema. Muchas cúrias o fratrias se agruparon y formaron una tribu.
La Familia según Pío XII
"Precisamente por que [la familia] es el elemento orgánico de la sociedad, todo atentado perpetrado contra ella es un atentado contra la humanidad. Dios puso en el corazón del hombre y de la mujer, como instinto innato, el amor conyugal, el amor paterno y materno, el amor filial. Por consiguiente, querer arrancar y paralizar este triple amor es una profanación que por sí horroriza y lleva a la ruina la patria y la humanidad".
(Pio XII, Alocución Aurions-nous pu, 20-9-1949).
"La tribu, como la fratria, tenía asambleas y promulgaba decretos, alos cuales todos sus miembros debían someterse. Tenía un tribunal y un derecho de justicia sobre sus miembros. Tenía un jefe, tribunus, phylobasileus.
El nacimiento de las ciudades
"La tribu, como la familia y la fratria se constituyó para ser un cuerpo independiente, ya que ella tenía culto especial del cual el extranjero era excluido, Una vez formada ninguna nueva familia podía ser en ella admitida, Dos tribus en modo alguno podían fundirse en una sola; su religión a esto se oponía. Pero así como muchas fratrias se habían reunido en una tribu, muchas tribus pudieron asociarse entre sí, con la condición de que el culto de cada una de ellas fuese respetado. El día en que se hizo esta alianza nación la cuidad.
"Poco importa buscar la causa que determinó la unión de muchas tribus vecinas. La unión fue ya voluntaria, ya impuesta por la fuerza superior de una tribu, o por la voluntad poderosa de un hombre. Lo que es cierto es que el vínculo de la nueva asociación fue todavía un culto. Las tribus que se agruparon para formar una ciudad no dejaron nunca de encender un fuego sagrado y de instituir una religión común.
"Así la sociedad humana, en esta raza, no creció a la manera de un círculo, que se alargase poco a poco, avanzando progresivamente. Son por el contrario pequeños grupos, que hace mucho tiempo constituidos, se juntaron unos a los otros. Muchas familia formaron la fratria, muchas fratrias la tribu, y muchas tribus la cuidad. Familia, fratria, tribu, ciudad, son por lo tanto sociedades perfectamente semejantes entre sí y nacidas unas de las otras, a través de una serie de federaciones.
Alteridad y no masificación
"Es necesario incluso notar que, a medida que estos diferentes grupos se asociaban así entre ellos, ninguno perdía entretanto ni su individualidad, ni su independencia. Si bien que muchas familias se reunieron en una sola fratria, cada una de ellas manteníase constituida como en la época de su aislamiento; nada mudaba en ella, ni su culto, ni su sacerdocio, ni su derecho de propiedad, ni su justicia interna. A continuación asociábanse las curias, pero cada una continuaba teniendo su culto, sus reuniones. sus fiestas, su jefe. De la tribu se pasó a la ciudad, pero las tribus no fueron por ese motivo disueltas, y cada una de ellas continuó formando un cuerpo, casi como si la ciudad no existiese. [...]
"Así la ciudad no es una agrupación de individuos, sino una confederación de muchos grupos ya anteriormente constituidos, y que la ciudad deja subsistir. Se ve en los oradores áticos, que cada ateniense hace parte al mismo tiempo de cuatro sociedades distintas: es miembro de una familia, de una fratria, de una tribu y de una ciudad".
Filosofía de José Tamborrel Suárez sobre la amistad.
Las penas no deben platicarse, excepto a verdaderos amigos, si es que se tiene suerte en tenerlos.
Ser amigo de todos es lo mismo que no ser amigo de nadie…
La amistad es algo que solamente puede considerarse en particular y en determinadas personas. Es un sentimiento que desaparece cuando indiferentemente se concede a cualquie5a.
Antes de crear un amigo, hay que averiguar inteligentemente qué clase de amistad es la que puede ofrecernos.
Los verdaderos amigos jamás se exceden en dar consejos. Ellos sugieren, insinúan, exponen, siempre con suavidad, con tacto, con afectuosa consideración.
Lo importante en la amistad no es lo que pensamos, que en esto puede haber diferencias, sino en lo que somos.
Los amigos no se encuentran a la vuelta de la esquina. Para crearlos hay que sacrificar muchas cosas, constantemente ceder, etc. EMERSON, decía: --"Para tener un amigo, hay que ser amigo". Y para el amigo hay que tener el corazón siempre bien dispuesto, la bolsa y la puerta abierta. En el diálogo "Lelius Sive Aminitia", CICERÓN, dice: --"Es muy cierto lo que he oído a nuestros viejos, que oyeron de otros, que acostumbraba decir Arquitas Tarentino, que si alguno subiese al cielo y claramente viese la naturaleza del mundo, y la hermosura de las estrellas, no tendría mucho gusto en tan admirables cosas, las cuales les proporcionarían un gusto infinito, si tuviese a otro a quien contárselas"
Los hombres deben ser juzgados por todos; pero nunca por sus amigos.
Podemos estar seguros de que el que nos elogia no es nuestro amigo, aunque lo parezca. Los verdaderos amigos no elogian. Todo lo saben y lo comprenden. Su aprobación es siempre discreta. Su aprobación siempre es discreta.
La amistad verdadera es resultado de paciente cultivo. De ahí que las buenas amistades sean tan contadas.
La amistad no se apoya en la afinidad, ni tampoco en el contraste, sino como decía PLATON: --"En la combinación de la semejanza con la diferencia".
En la época próspera se hace uno de amigos y en las adversas se pierden… ¿Se puede concebir no tener amigos en la prosperidad?
Cultivar la amistad cuesta mucho trabajo e implica no pocos sacrificios. Sin embargo, como es tan grata, y además necesaria, bien vale la pena cualquier esfuerzo.
En la amistad suele haber celos; pero afortunadamente jamás llegan a ser estos de la intensidad de los que se producen en el amor.
La amistad exige discreción. No puede existir amistad entre personas indiscretas.
La amistad se crea por la unión de caracteres opuestos, cuando la oposición es proporcionada.
Poca gente sabe lo que es la verdadera amistad. Si se llega a tener un buen amigo, hay que considerarlo como un regalo de vida, ¡la que por cierto no es muy pródiga en eso!
Existen dos formas para atraer a los demás, la natural y la artificial. Ambas poseen muchísimas subdivisiones de acuerdo con lo variado de las circunstancias. La gente alegre y sincera es la que más cautiva. La físicamente dotada atrae desde cierto punto de vista, por la superioridad que exteriormente representa, aunque moral y espiritualmente no valga nada. En lo que nos atrae hay siempre algo que nos interesa. No puede existir atracción sin interés. Cuando decimos que esto o lo otro es atractivo, queremos decir que nos interesa.
"Desde los tiempos antiquísimos se está hablando del templo de la amistad, y desde entonces sabemos que está muy poco concurrido" Así decía VOLTAIRE, y agregaba: --"La amistad es un contrato tácito que realizan dos personas sensibles y virtuosas; digo sensibles, porque un fraile solitario, puede no ser malo y vivir sin conocer la amistad. Digo virtuoso, porque los perversos sólo tienen cómplices; los voluptuosos, compañeros de disipación; los comerciantes, asociados; la generalidad de los hombres ociosos, relaciones superficiales; los príncipes, cortesanos. Solamente los hombres virtuosos tienen amigos".
El hombre serio debe procurar establecer, cuando se refiere a un amigo, y cuando a un conocido, considerando la diferencia, entre uno y otro…
Perder es cosa que a nadie gusta. No le hagamos sentir esa desagradable sensación al amigo. (Con los amigos jamás se debe apostar.)
La amistad es un afecto benévolo, puro y desinteresado, por lo general recíproco, que nace y se fortalece con el uso. Es la unión personal creada por el instinto de la sociabilidad, en la cual el individuo halla su complemento. Es el lazo permanente que une a los seres humanos por medio de la estimación recíproca. En la amistad debe existir una cultura más o menos parecida. Se crea entre personas de cualidades semejantes; pero opuestas en la expresión individual de esas mismas cualidades. No puede existir atracción de una persona a otra si no hay contraste, pues habría monotonía en el trato y pronto desaparecería el sentimiento de la amistad. HERÄCLITO decía: --"Para la amistad nada mejor que el contraste…"
Solamente con bondad y honradez se logran buenos amigos.
Es una gran suerte hallar amigos en los hermanos… y en los amigos hermanos.
Para conseguir que un corazón extraño se abra, es necesario abrir antes el propio.
El principio moderno, muy de moda entre cierto tipo de hombres de negocios, de que a mayor numero de hombres de amigos, mayores probabilidades de éxito, es muy relativo.
La circunspección es buena para establecer distancias; pero nunca para acotarlas.
La gente del dizque gran mundo no entiende las cosas de la amistad, más que desde un extremo. Así suele decir: "Fulana, es mi mejor amiga"; mengana, es mi más íntima amiga; zutana, es mi amiga del alma, adoro a fulano; menganito es un encanto, y zarandajas por el estilo, ¡dichas sin ton ni son!, ¡y sobre cualquiera!...
La familiaridad entre personas que apenas se conocen, constituye una especie de bomba de tiempo puesta en sus manos, siempre pronta a estallar. Nada bueno puede esperarse de aquellos que quince minutos después de conocerse ya se están tuteando y hablando por su nombre de pila. En estos casos no puede uno menos de preguntarse cómo será la relación de estos individuos con sus viejas amistades… ¡caso que las tengan!... (¡Lo que es de dudarse!)
La verdadera amistad solamente puede crearse lentamente. Las que se hacen en estos tiempos de superficialidad y tontería son tan quebradizas como las que más… ¡Con la misma facilidad que se hacen se rompen!...
Puede considerarse una gran ventura tener por amigo a quien posea el arte de conversar.
No hay como las noches para conversar larga y tranquilamente con un buen amigo.
Es muy común que cuando una persona nos agrada, le atribuyamos virtudes y cualidades que está lejos de poseer. Es el reflejo de la simpatía o cariño que se tiene y así debe ser considerado.
Con sinceridad y honradez es posible conseguir amigos sinceros y honrados.
Cuando un amigo comete un error, por grave y terrible que sea, no es uno el que debe juzgarlo. La amistad debe estar encima de todo. El verdadero amigo todo lo comprende y todo lo perdona.
No se debe guardar silencio cuando en presencia de uno se habla mal de un amigo. Un silencia así es cobarde e indigno.
La mujer casada, las que aman y son madres, no está en condiciones de sentir una amistad verdadera, por la razón de que carecen de independencia que la amistad exige como una de sus bases principales. La amistad precisa almas libres que no estén sujetas a servidumbre de otros sentimientos de amor, pasión o determinados compromisos.
La amistad pura entre un hombre y una mujer es rarísima, siendo muy difícil pueda existir. La relación entre un hombre y una mujer está determinada por la propia naturaleza, en la ineludible atracción del sexo, existiendo siempre el peligro de que el sentimiento amistoso sea suplantado por el amor.
«La vanidad es la gloria de los pobres de espíritu»