Por: Cynthia Castañeda La inconsciencia por parte de la gente al pagar el agua es una realidad. Al ser un pago pequeño lo dejamos en la lista de espera; creemos que no es importante y que puede esperar. Es en gran medida gracias a este comportamiento que la infraestructura dentro de los sistemas, no es tan buena como podría llegar a ser. ¿Qué hay que hacer? Por supuesto, poner de nuestra parte. En otras palabras, contribuir puntualmente con los pagos correspondientes. Pues si hiciéramos un balance de lo complicado del sistema y los muchos esfuerzos que se necesitan para que con tan sólo abrir una llave podamos tener acceso a este líquido vital, nos daríamos cuenta de lo poco que se nos exige y de lo meramente simbólico que resulta el pago. Por otro lado, el pago justo del servicio no sólo nos garantiza el acceso al agua, también puede servir para que se logren mejoras dentro del sistema, y de esta manera el agua pueda llegar a más personas. Por poner un ejemplo de lo mucho que se puede hacer para mejorar, podríamos mencionar algunos de los nuevos proyectos de abastecimiento que la Comisión Nacional del Agua (Conagua) ya tiene planeados. Uno de éstos es la creación de nuevas potabilizadas o la ampliación de las ya existentes, pues estudios hidrológicos e hidráulicos concluyen en la necesidad de reforzar el Sistema Principal de Drenaje, con el objetivo de desalojar hasta 150 metros cúbicos adicionales y así aumentar la capacidad de regulación en temporadas de lluvia. Otro de los proyectos es el del Túnel Emisor Oriente, una construcción que con 7 metros de diámetro y 62 de longitud, tiene como objetivo reforzar el Sistema Principal de drenaje de la Zona Metropolitana del Valle de México en beneficio de sus 20 millones de habitantes. Sin embargo, no todo es tan fácil. Para gozar de estos beneficios será necesaria una inversión de 14 mil 230 millones, pues para abarcar el recorrido de varios municipios del Estado de México, el trabajo no será nada sencillo. Es prioritario entender la importancia de nuestra cooperación, pues al no cumplir con lo que se nos exige, no sólo nos estamos perjudicando a nosotros mismos, también lo hacemos con nuestros semejantes. Miles de personas no tienen acceso y necesitan de este vital recurso. Está en nuestras manos hacer algo para que este problema se pueda solucionar. Opciones hay muchas. Simplemente hay que aceptar que esta vez la bola está en nuestra cancha, pues así como exigimos, debemos cumplir.
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