lunes, 30 de noviembre de 2009

Oaxaca, premio “Nobel” de ecología

 

Por: Cynthia Castañeda

noviembre / 2009

 

Esta es una lección para todos. Cuando se tienen ganas de hacer las cosas, no se necesita gozar de ningún prestigio para lograr resultados.

 

A pesar de que recientemente la ecología parece ser un tema de moda del que todos quisieran formar parte, pocos son los que de verdad dedican sus convicciones y acciones a colaborar de lleno dentro de este ámbito.


Un ejemplo de estas ganas y esfuerzo es Jesús León Santos, un campesino originario de Oaxaca que durante los últimos 25 años ha dedicado su tiempo a sacar adelante un importante proyecto de reforestación.

 

La loable labor dirigida por Jesús fue principalmente la de cavar zanjas para retener el agua de las escasas lluvias para luego plantar alrededor de cuatro millones de árboles de especies nativas.

 

Por si fuera poco, luego se fijó la meta de conseguir soberanía alimentaria para las comunidades indígenas y campesinas. Junto con sus amigos cercanos, desarrolló un sistema de agricultura sostenible y orgánica que sin el uso de pesticidas, busca conservar las semillas nativas del maíz, producto característico de nuestro país y por supuesto de Oaxaca.

 

Aunque pocos lo saben, Jesús Santos fue reconocido con el Premio Ambiental Goldman. Una condecoración, que creada en 1990 por los filántropos y activistas Richard y Rhoda Goldman, se entrega cada año con el propósito de reconocer a aquellas personas involucradas en campañas ecologistas locales.

 

Por supuesto que para premiarse, estos esfuerzos deben haber logrado cambios tanto positivos como significativos en los asuntos que afectan el bienestar de una comunidad y sus recursos naturales... el proyecto de Jesús lo logró.

 

Asimismo, el galardón que homenajea a estos líderes, busca inspirar a otras personas comunes y corrientes a actuar de forma extraordinaria para proteger el mundo natural.

 

El premio consta de 125 mil dólares y una estatuilla de bronce, mejor conocida como "Ouroboros", pero sin duda, el mayor beneficio para los galardonados es el reconocimiento que se les otorga a nivel internacional.

 

Es sumamente gratificante que el esfuerzo de Jesús haya sido reconocido. Los héroes del medio ambiente no sólo pueden ser figuras de renombre o instituciones con fama internacional; en nuestros estados, y muchas veces de manera anónima, también existen.

 

Jesús es el mejor ejemplo de que querer es poder y de que cuidar el bienestar de nuestro planeta es una obligación que concierne a todos y todas por igual. Poco a poco, con sus mismas manos, grandiosas ideas y enormes ganas de hacer algo por los demás, un humilde campesino se convirtió en digno merecedor de un "Nobel" de ecología.

 

 

«El respeto a la ley enaltece nuestro espíritu»

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