Y el secuestro... ¿en cuánto nos sale?

Por: Cynthia Castañeda   Mil millones de dólares sin duda es una cantidad que, como país, muy pocas veces escuchamos que se maneje. Sin embargo, lejos de representar la cantidad de ganancias por exportaciones, por recaudación turística o por remesas, se trata de la cantidad que los mexicanos gastamos en el pago de secuestros.   Tan solo entre 1970 y 2009, en México las transferencias criminales por concepto de secuestro han sido, precisamente, de mil millones de dólares.   Lo más alarmante aún es que el 90 por ciento de esa cantidad corresponde únicamente a los últimos 20 años. Lo que nos habla de un notorio incremento en cuanto a delincuencia organizada se refiere.   Por si fuera poco el gasto que realizan todos aquéllos que tienen que rescatar a una víctima, con el secuestro también surgen otros desembolsos inevitables. Algunos de éstos, son: Pago de asesores. "Gratificaciones" a las autoridades involucradas. Tratamiento de la víctima directa. Tratamiento de las víctimas indirectas. Gastos funerarios, en su caso.   Además de las pérdidas económicas, también podría hacerse un análisis del tiempo que en un problema como éste se gasta. Por ejemplo, la pérdida de años de vida saludable debido al estrés post-traumático o de tiempo productivo en espera, negociaciones, denuncias, investigaciones.   Por otro lado, si de prevención se trata, el desembolso también forma parte importante. Si quisiéramos evitar un secuestro, tendríamos que gastar en: Adquisición de vehículos blindados. Adquisición de seguro. Pago de escoltas. Pago de equipamiento y servicios adicionales de seguridad con relación a vehículo, casa, centro de trabajo. Pago de una elevada carga fiscal para que el Estado cumpla su tarea primordial.   Resulta verdaderamente aterrador pensar que, además de lo difícil que debe ser atravesar por una situación semejante, las personas que son víctimas de este delito, encima tienen que resolver el derroche económico que implica el problema.   Por si esto fuera poco, además de dejarnos una pésima reputación ante el mundo, los altos índices de secuestro también conllevan una serie de efectos económicos indirectos.   Por supuesto, todos ellos negativos. Migración de mexicanos "secuestrables" al extranjero con todas las erogaciones que implica la expatriación. Salida de capitales del país por el clima de inseguridad y, en particular de secuestros, con la consiguiente destrucción de empleos. Inhibición de inversiones por miles o decenas de miles de millones de dólares y la consiguiente no creación de miles de empleos.   Hasta hace poco los secuestradores se contentaban con despojar parte del patrimonio de sus víctimas. Ahora, los plagiarios ligados al narcotráfico los despojan de todo su patrimonio.   Es verdadero motivo de preocupación que un agravio tan serio como el secuestro, esté tomando el control ya no de una ciudad, sino de un país entero. Un país como México no puede darse el lujo de padecer este terrible problema, mucho menos de costearlo... haciendo cuentas, simplemente no nos alcanza.     «EL RESPETO A LA LEY ENALTECE NUESTRO ESPÍRITU»   .

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