viernes, 6 de noviembre de 2009

Pemex, lo mejor y lo peor del país

Por: José de Jesús García Hernández

octubre / 2009

El petróleo resume lo mejor y lo peor que existe en nuestro país; en Petróleos Mexicanos (Pemex) encontramos la eficiencia y la corrupción, pero el problema de fondo es, que la clase política no estableció una estrategia de largo plazo para el desarrollo y consolidación de la industria.


En 1977, al descubrirse importantes yacimientos de hidrocarburos, se dejó que las distintas directivas de Pemex manejarán a la empresa de forma privada y sin ninguna transparencia. Tampoco existían las condiciones políticas para que se actuara de otra manera. La paraestatal no se modernizó y se utilizó como la hacienda alterna en tiempos difíciles.


Las decisiones en materia energética en los últimos tiempos son incomprensibles y parecería que los partidos de oposición quisieran obstaculizar el funcionamiento de Pemex. El marco legal que debe respetar la empresa es único en el mundo, ya que tiene que cumplir rígida reglamentación, que dificulta la autonomía de gestión y la toma de decisiones, como si México fuera una economía socialista.


La contradicción entre el marco legal de Pemex y la economía de mercado en que vivimos, es imposible de resolver. Hay dos formas de solucionarla: 1) Modificar la legislación y dejar que funcione como una verdadera empresa o 2) Cambiar la economía mexicana a una socialista, como pretenden los grupos conservadores.


México perdió y sigue perdiendo mucho tiempo en discusiones ideológicas y políticas, muchas veces sin sentido. Al fin el año pasado, con la iniciativa de Reforma Petrolera se tuvo la oportunidad de arreglar las cosas. Sin embargo, pese a foros y encuentros de académicos y técnicos, el poder legislativo dominado por una mayoría conservadora-populista, realizó una reforma (la más importante en 30 años, según dicen sus apologistas), en la que todo quedó igual.


Es de lamentar que las altas cotizaciones de los hidrocarburos no fueran utilizadas para modernizar la empresa, realizar estudios para aumentar las reservas probadas y explotar los nuevos yacimientos. Los recursos excedentes sólo sirven para cumplir los caprichos de la clase política y no las necesidades de la industria.


Los políticos al darse cuenta de los recursos extraordinarios del petróleo, rápidamente discutieron y aprobaron la forma en que, se distribuirán los petrodólares para los gobiernos estatales y municipales.


La modesta y regresiva reforma fiscal que aprobó el Congreso dio insuficientes recursos a la empresa, a pesar del escándalo que se hizo en los medios de comunicación. El único que puede aportar el capital disponible para dar viabilidad a la empresa es el sector privado nacional o extranjero. Una parte puede ser por asociaciones estratégicas con petroleras y otro, obtener el dinero por el mercado de valores.


Las opciones que tiene Pemex para modernizarse y funcionar como una empresa y no como una dependencia gubernamental nunca estuvieron en los planes de los legisladores. Ahora, al bajar la producción y los precios del petróleo, sufrimos las consecuencias al contar con menos ingresos.


Las secuelas ya las vivimos, los yacimientos petroleros en aguas profundas del Golfo de México son imposibles de aprovechar, debido al grave rezago general que existe, tanto en términos financieros como tecnológicos, a pesar de la reforma petrolera reciente.


Pemex "no tiene la tecnología... y la realidad es que aunque quisiera no puede, y aunque pudiera habría que poner sobre la balanza si vale la pena, porque con los recursos que tiene habría que discutir si es conveniente", señaló Raúl Feliz, investigador del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE).


Ante este contexto, señaló que Estados Unidos está en todo su derecho de iniciar la exploración y la explotación del crudo en lo que respecta a su territorio en la zona transfronteriza de Área Perdido, donde se podría dar el efecto popote, y donde México llega tarde.


"Son pozos que están en la línea fronteriza y que en estricto sentido podría darse el famoso efecto popote, y Estados Unidos no estaría violando ninguna ley", advirtió.


Tampoco hay que dejar de lado que México logró equilibrar sus finanzas públicas con los elevados precios petroleros, a costo de posponer indefinidamente la reforma fiscal, con el argumento de evitar problemas y conflictos sociales.


En fin, el Congreso de la Unión no cumplió con su deber de modernizar la industria petrolera. Pemex mantiene su esquizofrénico esquema socialista en una economía de mercado y un mundo globalizado. El futuro nos alcanzó.

No hay comentarios:

Publicar un comentario